Con la salida a las 9 de la mañana en dos autobuses ya se veí
an las primeras nubes en el horizonte, mal presagio para hacer una ruta de senderismo, pero, allí estaban los bañezanos para demostrar que no hay miedo.
La llegada a la zona de Babia tras un cómodo viaje y un reparador café en «El Mariscal» en Huergas de Babia, lugar elegido para ello, hicieron que los senderistas tuvieran prisa por empezar la ruta y, en pocos minutos la larga caravana humana comenzó las primeras curvas y cuestas de esta ruta.
Como siempre, animales (fuimos recibidos por 2 preciosos perros que nos acompañaron durante varios metros), vacas, potros, yeguas y un hermoso caballo que al ver la larga fila de hombres y mujeres quiso lucirse, comenzando a dar unos pasos al trote y moviendo la melena que hizo las delicias de quienes lo pudieron contemplar, él también se llevó muchas miradas sonrientes ante su porte orgulloso y simpático.
Y, ¿quién dice que hay sequia?
No uno, ni dos ni…infinidad de riachuelos, de fuentes, de cascadas preciosas una detrás de otra, llenas de vida, con esa agua fría de la montaña y rica para el paladar, que hacía del paisaje un ejercicio de examen continuo para ver donde estaban las fotos más bonitas para poder sacarlas y luego poder contemplar mas tranquilamente.
Y, de pronto, como si quisiera que el paisaje se hiciera más bello, una fina lluvia que hizo que los senderistas sacaran sus chubasqueros, (naranjas los de los socios del Club) y que las fotos, con una hilera preciosa de gente caminando, hiciera unas imágenes dignas de ver.
Poco después, apenas unos minutos, ceso la lluvia, y dio paso ya casi llegando al final de los 5 kilómetros de andadura a un aire frio y que dificultaba por momentos la ligera ascensión, haciendo que la llegada a la cumbre y al impresionante y precioso paisaje de la laguna «Las Verdes», fuera aún más celebrado.
Anteriormente y para llegar a este lugar de origen glaciar, que en verano se cubre de vegetación y en invierno permanece helado, pasamos por el Arroyo de Torre y por las
majadas de merinas y una vez allí, enfrente nuestro, el Montihuero y la Fuente de Corino, donde la fauna es abundante en aves rapaces.
Y, allí, a pesar del frio y del aire, resguardándose entre las rocas del molesto aire, comieron los 65 senderistas su bocata, sus galletas, su fruta, ante un paisaje digno de las más bellas películas de naturaleza que se puedan observar. Empezamos el descenso y, ya nadie se acordaba del aire, del frio ni de la lluvia, ya todos iban deleitándose con el agua, torrentes de agua, cataratas de agua, regueros de agua, que por todos los sitios aparecían, con infinidad de cascadas y con ese ruido que al chocar contra las rocas producen un efecto mágico en los oídos.
Ya no llovía, el tiempo mejoraba por momentos y empezaban a sobrar, chubasqueros, chaquetas, cazadoras, y…todo lo que abrigaba, ahora se iba mejor en pantalón corto y en camiseta, y los andarines lo celebraron.
La llegada al pueblo, muy estirada la fila de senderistas, hizo que rápidamente se pusiera en marcha la vuelta y, con otra breve parada en el mismo bar de por la mañana, donde muy amablemente Pepe, el dueño del mismo, nos había preparado unas sopas (por cierto riquísimas) para recuperar las fuerzas, y que fueron degustadas por la mayoría para de nuevo montar en los autobuses y reiniciar el regreso a casa con llegada a las 19:00 horas y con la satisfacción de haber disfrutado de una buena y agradable ruta.
Y faltaría más, con el adelanto de que la próxima ruta ya tiene destino, la Ruta del Alba en el principado de Asturias en el Valle del Nalón, y que próximamente se anunciara el día para todos aquellos que deseen asistir (11 ó 18 de junio), una ruta que todos los senderistas celebraron pues es una de las más deseadas para hacer, debido a su gran belleza.
Así que, todos atentos para en los próximos días apuntarse a la citada ruta, que promete ser maravillosa.
Club D. Atlético Bañezano
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