¡¡¡PRECIOSA!!!
Una ruta para no olvidar nunca, una ruta para volver a hacer con mucho más tiempo, una ruta fácil y cómoda, una ruta numerosa, muy numerosa, y una ruta simplemente fantástica.
Habría cantidad de adjetivos para determinar y calificar la ruta realizada este Domingo soleado de final de marzo, pero seguro que cada uno de los que fueron la describirían de una manera y todos nos quedaríamos cortos, porque la verdad es que el espectáculo fue magnifico.
102 senderistas, si, ciento dos, acudieron a esta excursión, batiendo el récord del Club, que había sido de 82 en dos ocasiones, haya por diciembre del 2015 a Bardaya y más recientemente en Diciembre también del 2018 a Braganza y como siempre el ambiente y el resultado fueron fenomenales.
Un viaje largo nos esperaba cuando a las 8:30 de la mañana arrancaban los dos autobuses que, después de su obligada parada para el café, nos dejaban en Tobera a las 12:30 de la mañana, para contemplar una espectacular ruta de cascadas que no dejo a nadie sin su foto de recuerdo a pesar de que eso retraso un poquito la marcha del grupo, pero quien se iba a quedar sin un recuerdo precioso de esas incontables caídas de agua y su belleza.
Allí mismo se inicia la ruta hacia Frias, corta y llana, la más corta de todas las realizadas hasta ahora, de apenas 4 kilómetros que sirvieron para desentumecer las piernas y abrir el apetito que, una vez llegados a la orilla del rio Ebro cada uno pudo dar cuenta de él, en una bonita esplanada ante el puente medieval de Frias sobre el Ebro y con esa bonita población y su castillo a nuestras espaldas, por lo que el paisaje era digno de la mejor mesa.
Y, vaya día de principios de primavera, con un sol que daba gusto sentir y que hizo que la media hora de comida resultase escasa, pues se estaba placenteramente a gusto en la hierba o en las mesas de piedra donde cada uno tomo sus viandas.
Y de allí, autobús y a Pedrosa de Tobalina, había que aprovechar el poco tiempo que nos quedaba para ver una de las cascadas mas bonitas que se podían contemplar por esos lugares.
Lastima del poco caudal del rio porque, aunque si que pudimos contemplar las cascadas, lo que vimos no tenia nada que ver con las fotos del bar de al lado de las mismas. Cuando el caudal del Jerea va a rebosar y ni siquiera con las imágenes que pudimos contemplar en el “Bar de Velez” y que amablemente nos puso el dueño (gracias Nacho) en su televisión para contemplar el Ebro y el mismo lugar donde estábamos en una de las grandes avenidas de agua de años anteriores. Realmente espeluznante, estar en ese lugar y poder contemplar lo que la madre naturaleza es capaz de hacer.
Con el tiempo pisándonos los talones volvimos a Frias, no podíamos irnos sin dar una vuelta (solo media hora) por el fantástico pueblo medieval, con su castillo, su iglesia, sus muros, sus tiendas con las rocas de la peña metidas dentro de sus habitáculos, sus calles empedradas como en la época medieval, sus fuentes preciosas, sus casas colgantes, sus….apenas nos dio tiempo para mucho más y solo nos queda decir que volveremos a esta tierra, no tardando mucho, para poder contemplar todo lo que hoy no pudimos y disfrutar de los cientos de rincones que, por falta de tiempo hoy dejamos atrás.
Y, ya de vuelta a los autobuses, entre los comentarios de unos y otros, del gran día vivido, reiniciamos la marcha para nuestra tierra, otro montón de kilómetros para volver a casa y llegar a las 22:00 horas, casi catorce horas después pero con las retinas aun maravilladas por todo lo visto y vivido en un lugar de nuestra comunidad y que muchos desconocían.
Al llegar a La Bañeza los socios aun disfrutaron de otra pequeña sorpresa, la entrega de la revista número 2 del Club, resumen del año 2018 y que esperamos sea del agrado de todos y nos de continuidad para realizar la tercera con la colaboración de aquellos a los que se les requiera, como ha sido en las dos anteriores y a los cuales el Club quiere agradecer su colaboración, así como a todos los que hacen posible la misma.
C.D.A.Bañezano
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