No, no era difícil acertar con el lugar idóneo para viajar en esta ocasión, 23 de abril día del libro.
Y donde mejor que a la “Villa de Libro”, Urueña, en la provincia de Valladolid, espectacular pueblecito dentro de una fortificación extraordinariamente cuidada y donde las 12 librerías existentes y repletas “como no” de libros y más libros, nos iban a dejar una excursión sumamente agradable y, sobre todo, instructiva.
Y no fue fácil, la verdad es que en esta ocasión hubo que hacer juegos malabares con los horarios para poder ir a todos los lugares previstos y con el añadido de que el grupo, más numeroso de lo habitual, (setenta y una persona), tenía que viajar en dos autobuses, con lo cual la cosa no era fácil.
Pero, ahí está el trabajo bien hecho de la secretaria y organizando horarios de uno y otro vehículo, se pudo al final realizar todas las visitas previstas y en el tiempo correcto, pero…empecemos por el principio.
Horario previsto para la salida 9 de la mañana y allí estaban como siempre puntuales todos los viajeros para, después de ir ordenando en que autobús tenían que ir, iniciar la ruta con una mañana que prometía y así fue, esplendida.
El primer autobús se iba directamente al Monasterio de Santa María de la Santa Espina donde, a las 10.30 tenían prevista la visita guiada que el Hermano Jesús dirigió, como no podía ser de otra manera y explico de forma sencilla pero amena a los 50 primeros visitantes, los cuales salieron sumamente satisfechos, tanto de las explicaciones como del propio Monasterio y sus múltiples curiosidades.
Mientras el otro autobús se había dirigido a Urueña para aprovechar esa hora y visitar alguna librería, o el museo “Miguel Delibes”, y comprobar como hasta allí, nuestro Ilustre Bañezano, Antonio Colinas tenía su mural dedicado con una poesía.
Además, este grupo tuvo la ocasión de visitar y pasear por la impresionante muralla de la villa y contemplar el espectacular paisaje del valle que desde allí se observa, y así dejar pocas dudas del porque fue nombrado como uno de los pueblos más bonitos de España.
Después de una hora, tocaba el turno de juntarse, y así el grupo de Urueña “cogió el Autobús”, (Nunca mejor dicho pues el vehículo se quedó sin batería y hubo que arrancarlo a empujones entre las risas y el jolgorio de algunos) y a las 12 todos en el Monasterio para iniciar la ruta de 10 Kilómetros que, bajo un sol de justicia, hizo que los caminantes la disfrutaran e incluso alguno se pusiera “moreno”
Ruta que comienza en el Monasterio para acabar en el mismo, ruta circular donde pudimos primero ver el lugar donde los alumnos del Monasterio-Escuela realizan sus estudios agrícolas y hacen sus prácticas. Seguimos caminando por un monte de encinas hasta llegar al pantano y rodearlo, contemplando sus numerosos pantanales y su improvisado puente con un tronco de árbol, por el cual pasaríamos manteniendo a duras penas el equilibrio.
Las ruinas de un molino hidráulico fue otra de las curiosidades que los senderistas pudieron contemplar y, por supuesto, fotos, fotos, y más fotos, cámaras y móviles grababan imágenes para el recuerdo de una ruta en la que el sol acompaño y a veces…hasta demasiado.
Tras la ruta, muy cómoda y sencilla, la comida, de nuevo juntos, pero ahora ya las piernas estaban más cansadas y cada uno eligió el sitio más adecuado para sentarse, comer y estirarlas, aún quedaba toda la tarde.
Y, los papeles se cambiaron, ahora el primer autobús se iba para Urueña y el segundo realizaba, con el “hermano Jesús”, la visita al Monasterio y nuevamente se repetían las preguntas al guía y de nuevo, con una maravillosa facilidad y paciencia, nos iba desgranando los pormenores y la historia del espectacular monumento.
Así, nos despedimos del “bibliotecario” del Monasterio, con la firme decisión de volver otro día, con más tiempo y que nos enseñara también la biblioteca del edificio, a lo que accedió amablemente.
Allí, pudimos contemplar la “espina”, que según la historia procede de la corona de “Jesús” y que se conserva en una urna dentro de la Iglesia y de ahí el nombre de la misma, “Iglesia de la Santa Espina”.
Y, otra vez a Urueña, donde volvimos a juntarnos todos para ya seguir todo el resto de la tarde, primero, con otro ratito por el pueblo, para tomar un café, bien merecido, y luego irnos hacia la Ermita de Nuestra Señora de la Anunciata, edificio único en Castilla y León, ya que sus benefactores fueron de la zona de Los PIrineos y quisieron dejar su sello en esta tierra. Visita guiada que, hacia las delicias de la mayoría, con una “Carmen”, infinitamente paciente y que contesto a todas y cada una de las preguntas que los senderistas le iban haciendo.
Hora prevista, 19:20, y regreso para La Bañeza, cada grupo en su autocar y ya en el lugar de salida, despedirnos con ganas de que pronto llegue la siguiente ruta y sea agradable para todos.
Club D. Atlético Bañezano
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