10/09/2017
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Vigésima primera ruta y primera después de las vacaciones, lo que hacía que las piernas estuvieran más…descansadas o con más ganas y eso hacía que en los primeros kilómetros de la larga y algo exigente ascensión, algunos senderistas tuvieran que parar en varias ocasiones ante la fatiga que las piernas sentían.
Pero, poco a poco, los 46 aventureros que desde las 9 de la mañana habían salido de La Bañeza para, después de un café en Requejo de Sanabria, habían emprendido la ruta del Tejedelo , fueron cubriendo metro a metro los 12 kilómetros previstos, entre sol y sombra, en un bosque encantado, lleno de puentes, árboles, y en fila de a uno, que hacia aún más bonita la ruta y más espectacular la hilera de senderistas que daban color a este paraje precioso de la montaña sanabresa.
Fotos, muchas fotos y preciosas, en las cuales los puentes fueron animados protagonistas y es que los caminantes no dejaron oportunidad de fotografiarse con todos los que iban sucediéndose.
Cuando, el pequeño riachuelo, con su escasa agua apareció, no se privaron de descalzarse y mojar los pies, en una “extraña” tradición, que se va haciendo común entre todos los que acuden a estas caminatas.
Grillos, aves, plantas, arboles, Tejos, todo aq1uello que iba mostrando el paisaje y la naturaleza, era materialmente avasallado por las cámaras, móviles y, sobre todo, quedando en la retina de unos senderistas que allá por donde van dejan mil imágenes con sus sonrisas y buen “rollo”, que hacen de las rutas una sensación muy agradable.
La parada “obligatoria” para comer en bocadillo, significo otro gran momento de risas y sobre todo de descanso, lo que aprovecharon para más fotos, y…alguna broma.
Después de la Ruta, una breve visita a una población preciosa, y que, teniéndola tan cerca es una gran desconocida ya que, si bien el Lago de Sanabria es destino muy frecuentado, no lo es tanto Puebla de Sanabria, pueblo donde, sus casas de Piedra y tejados de pizarra, sus cuestas empedradas, sus calles estrellas y preciosas, su castillo, sus bares, sus tiendas y su gente, hacen de esta pequeña población una de las más bonitas de España, tal y como reza en su entrada a la misma y que no dice ninguna mentira.
Allí, pasaron una hora los viajeros Bañezanos, y disfrutaron de esta Ciudad, donde, de nuevo, las fotos fueron muy numerosas
Ya de regreso y con la satisfacción de haber vuelto a pasar un buen y precioso Domingo y de echar alguna cabezada en el autobús, se volvía a repetir la pregunta de todos los viajes, ¿Y la próxima cuando y …donde?
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