Siguiendo la tradicional costumbre mensual, el Club de Montaña Teleno, se desplazó en esta ocasión a visitar la “Sierra de Courel”, un entorno bastante desconocido por tierras lucenses; y aún no siendo la mejor época para su visita, no dejaron de impresionarnos la magnitud de sus valles, montañas, arroyos, cascadas, laguna, etc.
A las 8:15 ya en el autobús y en dirección hacia Pedrafita de O Cebreiro, no nos podíamos imaginar a la vista de la nubes que cubrían el cielo, el día tan inmejorable de sol que nos esperaba, y que según las predicciones meteorológicas iba a ser un día tormentoso.
Sobre las 11:00 de la mañana ya estábamos apeados en el aula de la naturaleza, situado en el pueblo de Moreda (750m.), desayunados, preparados y con ganas de acometer la ruta comenzamos a caminar, las primeras rampas no se hicieron de esperar y por un camino ancho, de buen pisar y paralelo al arroyo de Rogueira fuimos cogiendo altura hacia la Devesa da Rogueira, un bosque muy cerrado y compuesto por más de 800 especies distintas de árboles y arbustos, aunque predominaban los avellanos, acebos, robles y hayas.
Según íbamos profundizando en el bosque, el camino se iba cerrando y las rampas endureciendo, poniéndonos en fila de uno en uno, en un grupo no muy numeroso pero si muy valientes que iban abriendo huella por una senda oculta y angosta originada por las nevadas caídas en los días anteriores.
A las 13:00 h. y a una altura aprox. de 1.350 m. cogimos un desvío a nuestra izquierda para dirigirnos hacia la Fonte do Fame, a los pies del Teso das Papoulas (1.600m.). En esta fuente manan de la piedra dos chorros de agua, uno de ellos calcárea y otro de aguas ferruginosas. Después de un pequeño descanso y de comer algunas barritas retornamos hacia el camino principal para dirigirnos al mirador de Polín, desde donde se puede divisar unas panorámicas de toda la zona del Courel.
Ya con el estómago medio lleno y después de un merecido descanso, nos dirigimos trocha abajo para culminar nuestra jornada en el pueblo de A Seara (17:15h./1.000m.), no sin antes deleitarnos con varias cascadas que iban surgiendo por el camino e in crescendo en hermosura.
Una vez cambiados y peinados en el Autobús, fuimos al bar del pueblo para dar fin a nuestras viandas, con unas merecidas cervezas, buena compañía y pegaditos a la chimenea terminamos con un buen café calentito.
Os dejamos unos enlaces con algunas fotos de la ruta para daros envidia sana, y así, en la próxima jornada os apuntéis para disfrutar del nuestro entorno cercano.
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